"La cruzada de los ni�os", una delicada aunque triste delicia est�tica
09/04/2012
�El t�tulo parece remitimos a la desgraciada Cruzada emprendida por los ni�os en 1212 para recuperar los Santos lugares. Sin embargo, el poema de Brecht hace referencia a una leyenda que se viene transmitiendo en Polonia desde que, en 1939, unos ni�os hu�rfanos y hambrientos, huyendo de sus pueblos destruidos por las invasiones nazi y sovi�tica, emprenden una larga marcha en busco de paz y seguridad. La historia termina mal: caminando siempre hacia el sur, all� se desvanece su rastro, solos y perdidos en el despiadado invierno. El fiel perro compa�ero, al que env�an con una nota de socorro, muere en brazos de unos campesinos.
A la l�nea argumental de la leyenda, Brecht a�ade el valor y la generosidad de los protagonistas, su desconcertado avance esperanzado y algunas m�nimas peripecias de car�cter individualizado, destacando la falta de diferencias entre ellos por credos e ideolog�as. Reclama, tambi�n, la no emisi�n de juicio moral sobre algunos de sus actos y sobre aquellos que no pudieron o quisieron darles amparo. En su pensamiento, estos ni�os se unen a otros muchos de diferentes nacionalidades y razas que vienen padeciendo, desde tiempos remotos, las consecuencias de lo que debiera ser nuestra verg�enza perpetua: la guerra. Brecht incluy� este poema en sus Historias de almanaque, un conjunto de textos heterog�neos con el lazo de uni�n de la mirada cr�tica sobre personajes y sucesos hist�ricos. La traducci�n de Moka es digna aunque carece de fluidez pues es dif�cil ce�irse al texto y versificarlo.
El poema ha sido ilustrado con maestr�a, y yo dir�a con dolor, por Carme Sol�. Para ello ha escogido el trazo abocetado, en negro sobre el blanco de p�gina, que estalla de expresividad y acrecienta lo sensaci�n de evanescencia de esta historia no escrita, solo transmitida por el boca a boca y que tiene reminiscencias de otras antiguas narraciones orales. La aparici�n del rojo, en una �nica imagen llena de violencia, da motivo a la incorporaci�n de este color en las guardas y algunos detalles de la tipograf�a. Historia, ilustraci�n y edici�n hacen de este �lbum una delicada aunque triste delicia est�tica.�
(Juan Nieto, Revista Lazarillo n�25)
